El dormitorio de mi hijo estaba pintado de blanco y se veia como una caja vacía. Debo decir que me ha tomado algún tiempo hacer este proyecto. No es un trabajo que hice en un par de días. Ha sido un trabajo por partes y sin apuro.
Uno de ellos, la pared manchada con el roce de la silla. Para esto corté corchos de botellas de vino. Los corté a lo largo y los pegué en la pared a una distancia de 5 cms, con pega de contacto, siguiendo las instrucciones del fabricante. Pegué 16 mitades en cada fila, con un total de 9 filas. Necesité 72 corchos que corte en 144 mitades. Cuando la pega secó, pinté de nuevo la media pared. En la falquilla de madera pegué unos rombos de vinil de 2cms x 2cms.

El otro tema era el color de la habitación. Necesitaba un toque de color. Mi hijo seleccionó un púrpura intenso y le agregamos unos elementos gráficos que dibujamos sobre vinil auto adhesivo. En la columna de la pared un portaretrato viejo lo convetí en un colgador de sombrero que pinté en blanco con el borde negro. Solo pinté de blanco el vidrio y pegué sobre éste un gancho de plástico que también pinté de blanco.
Finalmente forré la silla de plástico blanco con papel de seda estampado blanco con espirales negros. El mismo diseño de la pared. El papel es fácil de pegar. Solo corté tiras de papel que fui pegando sobre la silla. Como el papel es delgado no se notan las uniones pero no se puede superponer porque como es semi transparente, se ve mal. El papel sobre la silla le da una apariencia de mayor volumen y muy llamativa.
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